sábado, 4 de agosto de 2018

SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA 2018


La fiesta de la Provincia de Navarra...desde la Iglesia
de Santa Ana en Pamplona
Es 26 de julio. Hemos dejado solo un poco atrás la fiesta en memoria
de la virgen del Carmen y esos nueve días en el que desde nuestro corazón
de niños le hemos presentado esas intenciones que, a veces, ella solo conoce.

En la iglesia de los Carmelitas Descalzos de Pamplona, el día de los
santos Joaquín y Ana, padres de la virgen María y abuelos de Jesús,
nos convocan a la familia de los Descalzos en la Provincia de San Joaquín de
Navarra. El motivo, es celebrar juntos y en representación de los que no
han podido venir, la fiesta de estos santos, Ana como patrona de la iglesia en
donde estamos, Joaquín como patrono de la Provincia de los Carmelitas
Descalzos en el norte.

Son las doce del mediodía y el coro habitual de la iglesia de voces masculinas,
acompañadas del órgano del padre Martín, nos anima y pone en marcha la
Eucaristía. Preside el Padre Provincial, Luis Aróstegui, y le acompañan el Padre
Sarasa, de la Provincia de Guatemala que se encuentra estas fechas por aquí,
el Padre José de la India, el Padre Ángel Santesteban que ha interrumpido las
fiestas de Puente la Reina, su pueblo natal, para acompañarnos. También están
el padre Calixto y el padre Viguri del convento de Pamplona. A la ceremonia
acudimos la familia carmelitana y dentro de ella,   hermanos de la Orden del
Carmelo Descalzo Seglar Teresiano en Pamplona (OCDS) y, además, nos
acompaña el Presidente de estos en la Provincia, Evaristo Arroyo con José
Carlos quien, una vez más, se une a nuestras oraciones.

Jesús, quien quiso ser como nosotros en todo, también tuvo abuelos, los
maternos Joaquín y Ana, y por eso esta fiesta y a través de ellos, nos lleva a
dar gracias por todos los abuelos de nuestras familias que con esa sabiduría
que les ha dado la vida siguen siendo ayuda, luz.  Como símbolo de ese
reconocimiento, es tradición para este día nombrar la abuela del año. De esta
manera, nos encontramos en el primer banco de la iglesia a la tan querida
Carmen Cadena, abuela, asidua de la iglesia de la calle Descalzos, hermana
en la OCDS y, como dijo el padre Viguri, acreedora de otras virtudes….
Los que tenemos la suerte de conocerla tendríamos que emplear bastante papel
para poder deciros algo sobre esas virtudes que quedaron solo apuntadas.
Acompañaban a la abuela su hija Sara y su nieto Iker.
Pudimos recordar cómo es la memoria que guardamos de estos santos. Así la
devoción a Ana fue más madrugadora que la de Joaquín. La de la primera surge
en la basílica erigida en Jerusalén en devoción a ésta santa y que más tarde
llegaría a occidente. La de Joaquín es más postrera y en nuestra provincia nace
de la mano del hermano del convento de Pamplona, Padre Jesús de San
Joaquín,
natural de Añorbe, en los inicios de la Provincia (siglo XVII), a quien traslada esa
devoción y el nombre del santo con el que se le conocerá hasta nuestros días.
Desde Joaquín y Ana nos unimos a todos los abuelos, que si bien la edad hace
que pierdan facultades, en sentido opuesto esa misma edad les lleva a
profundizar en el agradecimiento. Como carmelitas agradecemos también a
todos nuestros antepasados en la Orden. Su recuerdo, memoria, todo el bien
que hicieron perdura en nosotros. Especialmente, hacemos memoria de la fe y
esperanza de todos ellos.
Dentro de la ceremonia, se impuso a la “abuela del año”, Carmen Cadena del
pueblo de Azoz, localidad muy próxima a Pamplona, una cruz que distingue a
los hermanos de la OCDS. También al final de la Eucaristía se le entregó un
diploma en recuerdo del día. Le acompaña en la recogida su nieto Iker.
Al final nos unen los saludos, felicitaciones y fotos para que no se nos olvide lo
vivido y después en un restaurante, muy cerca del convento, compartimos una
comida, a la que asiste la homenajeada su familia y la OCDS de la comunidad
de Pamplona. Estamos casi todos. En los cafés se incorpora el padre Antonio
Viguri.
Una orquídea blanca, que se regala a Carmen, nos va anunciando que estamos
llegando al final de la fiesta. Un año más hemos podido recordar a
Joaquín y Ana, todos nuestros abuelos, a nuestros antepasados en la Orden,
pero sobretodo, hemos podido agradecer a Jesús todo el bien que hicieron y
perdura en nosotros.
Gracias a todos los que habéis hecho posible esta celebración, aprovecho
desde aquí para felicitar a todos los Joaquines y Anas y  también felicidades a
nuestra hermana Carmenmari, que eligió el amparo de estos santos para vivir
su vocación en el Carmelo Teresiano. Muchas felicidades para ti también.

Por último y como no podía ser de otra manera, gracias a ti Jesús, porque todo
es tuyo.

Amparo Esparza, OCDS.