Señor nuestro Jesucristo, que por el amor
que tenías a Santa Teresa, la encargaste que mirase por tu honra, porque tu
honra es su honra y la tuya suya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte
consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa...
Oraciones para los tres
días
Lector: Por la señal de la
Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Señor nuestro Jesucristo, que por el amor que tenías a Santa Teresa, la encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su
honra y la tuya suya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando
este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos: Acepta, Señor nuestra
oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos
los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de lo
pecadores, la perseverancia de los justo, y que sobre cada uno de nosotros se
cumplan los designios amorosos de tu corazón.
Lector: Santa Madre Teresa de
Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por
ello muy querida por cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás
favorecernos con mayor razón.
Todos: Por eso te pedimos
confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas
celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tu
viviste y muriendo como tu, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Dia 1º
Amor de Santa Teresa a Jesús
Sacramentado
Jesús en la Eucaristía es el regalo más maravilloso de
Dios a los hombres, la manifestación de su corazón de Padre, el remedio de
todos nuestros males. Se quedó con nosotros para no dejarnos solos y para
transformarnos en El, se convirtió en alimento. Santa Teresa supo agradecer la
presencia sacramental del Señor. Todos sus afanes consistieron en procurarle
nuevos templos, y, sobre todo, en recibirle cada día con fe, pureza y amor.
¿Cuá es nuestro amor y agradecimiento a Jesús
Sacramentado? ¿Estamos convencidos de que en El hallaremos todo, que es víctima
por nuestros pecados, pan y fuerza, acción de gracias al Padre por sus
beneficios? A pesar de nuestras miserias, acerquémonos a la Eucaristía y
recibamos a Jesús, con gran amor, humildad y agradecimiento.
Día 2º
Amor de Santa Teresa a la Virgen
María y a San José
María es el resumen de todas las gracias que una
criatura puede recibir de Dios. Es Madre y una madre se desvive por el bien de
sus hijos. Es virgen, y por eso comunica hermosura y pureza. El amor a María en
santa Teresa fue uno de sus distintivos, después del que tuvo a Dios. A Ella
acudió en las dudas, en las tentaciones, en los peligros, en los sufrimientos y
en todos los momentos decisivos de su vida.
Y San José es el santo de la humildad, de la oración,
del recogimiento, de la vida interior. El santo más amado y honrado de Dios, el
que socorre en todas las necesidades, el que enseña a orar, para no errar en el
camino del cielo. Santa Teresa quería que todos fueran devotos de San José, por
la experiencia que tenía de los bienes que alcanza de Dios.
Día 3º
Humildad de Santa Teresa
La humildad es el conocimiento de nuestra miseria
junto a una confianza grande en el Señor, que todo lo puede y nos quiere
ayudar. La verdadera humildad no inquieta, ni turba, ni acongoja el alma, sino
la dilata y hace más h.abil para servir a Dios. Comunica paz y sosiego.
Engendra la generosidad y la confianza en Dios, porque no puede haber humildad
sin amor, ni amor sin humildad. Santa Teresa entendió de verdad que sólo los
pecados eran hierba de su huerta, y que al Señor debía todo el bien que obraba.
¿Somos humildes? ¿Estamos convencidos de que no podemos nada por nosotros mismos, pero que podemos cosas grandes apoyados en Dios? Imitemos a Santa Teresa que supo reconocer la verdad de las palabras de Cristo: "Sin Mi nada podeis hacer", junto con aquello de San Pablo:" Todo lo puedo en Dios que me conforta".